LA ESPERA Y YO Por Sergio Ortiz

LA ESPERA Y YO
Por Sergio Ortiz






















Llamar al viento
allá donde no habita
la nostalgia,
ni solloza el adiós
de un amor moribundo.

Donde soy el reflejo
de la soledad  Quiero,
irme perdiendo
en la callada
distancia de la nada.












Llegar con luz,
hilando fino y sin planear,
soltando amarras,
sin que los ardores de este cuerpo
me devoren,                                                         
allá yo,
allá voy…
Empezando a darme cuenta
que no siento nada
al escuchar tu nombre
pasearse como un reptil
sin cola
por mi diáfana mañana.
Eres despojo
de infancias, el intermedio
arbitrario de un pasado
cauterizado con la luz
del vientre
de mi madre.






llevé mi piel
a la cama con él
y mi piel fue su cama…
se ocultó de la luz
en todos mis rincones



















Los Afortunados – Vietnam, 30 de Abril, 1975


En aquellos días íbamos a la playa
a practicar el tiro al blanco: la seducción.

Aprendíamos a hablar inglés, o francés.  
Leer quitaba un poco la mancha de plátano
así es que no faltaba el bestseller.
Se usaba el arte de la palabra tersa.

Éramos los afortunados, nacidos
después de la última guerra.
Los que desecharon la zafra.  Los que no aprendieron
a matar y desplumar una gallina. 
La turba de futuros empleados públicos
desempleados.







mareado
en el pasado
de mi vida
me juego la muerte
poblado de hombres  y noches y flores
que nunca despiertan
arrastrando
un pedazo de cielo
temblando
como un bandoneón
que pide limosnas
con los ojos llenos de roció
ardiendo
mi delirio acuesta
mareado









Me alejo de ti
intento la soberbia
el coraje, la frustración
el descenso 
pero no vuelves a mí













Me despediré
Homenaje a Lorca

entre selvas de relojes,
no en la encrucijada. 
Volveré por un minuto eterno
a la infancia, la sombra,
y la flor.  Sus huesos, General,
son una inmensa telaraña,
la verdadera esfinge
del reloj con el espejo.












Me preocupa el silencio,
los mensajes ocultos,
la ceguera de los celos,
los muros manchados con sangre inocente,
las metáforas que no entiendo,
las espinas escondidas del racismo,
la estafa del viento,
el vaivén de mi resaca.
Me preocupa el olvido.














Ara ra ra


Te
escurres
como
la
espuma
entre
el mar
y
la arena

mientras
yo sigo
trabajando
idiotizado
por
tu careta

de payaso
tallada
en
caoba, y
una docena
de
uniformes
planchados
sobre
mi cama. 

Así
de inútil
es tu
pobreza.











aproximación

esta quietud
que mora en el sueño
calma mi alejamiento
se viste de mujer
para aproximarse al lago
y cantarle boleros
a las estrellas















Ayer
pensaba encontrarte triste
pero has echado vuelo hacia el infinito
con los pies descalzos y una sonrisa.
¿Será que el amor humedeció tus alas
y las puso a secar antes de la próxima tormenta?
Eres el verde de mis montañas
el acero de la piel reseca de mi soledad.
Ay, Como duele la melancolía.














Asteriscos para lo intacto


contigo 
todo es
sin testigos

un nuevo comienzo

empero, números reales
é imaginarios de líneas cruzadas

bajo la primera capa
de mi epidermis
cartógrafa








Atrapado


cuando se subió
a mi espalda supe que había
llovido sobre mi cama
los caimitos se enredaron
en mis sueños















Canción de la Tristeza Repentina

Qué tristeza amarilla,
estar en tu memoria
sin estar contigo.


















Como la Muerte


Si con este amor eres presenté,
¿Dónde está la vida?

Si me dejas caer antes de tiempo
tardo más en convertirme en polvo.















Caminé


Soy faro
de lo indefinido
y traficó
voces de ausencias,
murallas de huesos.

Mi tierra
es un poema
que da
sombra a ilegales
pensamientos.

El sol
lleno de cámaras
transita
sobre mi piel
como un fantasma

Caminé
al frente de los ecos
de mi huida
hacia un corazón
disfrazado de delirios teatrales.

Con mi historia
arrugada recorrí tu cuerpo
dejando huellas
profundas sobre tus ojos
color canela.














Canción Triste para un Adiós sin Remedio


De la selva huyen cotorras
con las alas en llamas.
Le prendí fuego a la lluvia,
laceré al sol con mi navaja
para huir del tiempo que agita
tu piel como un látigo.

Hoy salvo mis abismos,
huyo del frio que agrieta
mis alas
para no disgustarme
con la muerte.

Los peces de tinta
preguntan por ti.
Dime, qué les digo.




Congoja Nupcial

Hay otra voz en ti,
otra sombra acristalada de silencio
que viene a buscar mis restos.
Hay furia en las noches de asombro,
ahí soy tu niño versátil
que viene a contarte sus secretos.
¿Qué sabemos nosotros del amor,
dime, que sabemos?





















Las musas inquietantes


¿Madre, en tu segunda muerte
quién ata el pañuelo que sella tu boca?

Las apariencias descienden
con rostro anónimo,

musas inquietantes que rondan
mi moisés, mi cordura.

Pídele a Ariel te acicale 
con manteca de ubre de vaca, o baños tibios de sal,

pues, yo estoy de fiesta.
He vuelto a vivir.  Madre, estoy vivo.




Criminales


La Orquesta

Soy
esta triada que ruego por una cuarto pata,
este no muerto, no vivo que no sangra salvo por el clamor,
el consenso por lo que ya está torcido, este anti-héroe.

Hospitales y Planes Médicos

Eres
esa procesión de criminales confesos, esta puta arrabalera 
capaz de asesinar por milésimas de centavos,
esta falta de sentido común, esta máquina sin piel,
este oído sordo que no disfruta, [entiende, define, visualiza]
sonidos sensuales de un tango,
desabridos procedimientos posoperativos
esta inexistente sala de emergencias médicas. 

A La Deriva

Soy
este elipsis, esa etiqueta electrónica de labios 
que regula lo que podemos decir, esta mano arterial tajeada,
temerosa de aterrizar en los platos de vampiros como tú. 

Lenguas Muertas

Soy, eres, somos
esa madre / ese hijo inerte / ese padre asesinado /
esa hija baleada / ese amigo atropellado que dejaste morir abandonado.

El Otoño 

Nosotros somos el invierno futuro, el infierno subtropical,
una primavera maldecida, el adiós más lento que existe, el don de la muerte.









Cruzando el Mar



Me vi llorando
sobre la piedra más dura,
en el rincón perdido
donde comienza el viento…
Cruzando el mar
con remos de roció,
abandonado, derribado
en las sílabas de un “no te quiero”…
Y pasó la agonía de la noche
muriéndose en el fondo de una rosa…
Y pasó el alba aupándose  
sobre mis montañas…
Fue tan solo una ráfaga húmeda
la que se izó en mis pupilas.

Dos siglos de auroras
tirándose al paisaje.



Draga

Es otra piel,
otro modo de estar
en el silencio.

Es una caricatura
de tu epidermis
abanicando los deseos
del patriarca.

Es la voz
de una sirena 
marcada
por la temporalidad.

Soy yo vestida
de ángel, de diosa
hollywoodense
divina.

Eres tú,
mi terruño estrellado
sin luna.
















Distancia


no tiene sentido tu voz
ni alumbra la densa bruma
de mi corazón tu llegada
la soledad es tu ángel
tu espada de madera















Dormir


Hoy es difícil decir
cómo me siento, 
la amargura se pasea
como Juana la loca
por mis pupilas
y ni el medicamento
me salva.  Hoy una
hormiga recorre
las calles de mi
corazón muerto
de frio, todo es
escarcha, todo es
escarcha.  Hoy
yo mismo me
enterraría vivo
en el sueño eterno de tu cama




La Espera y Yo


Te espero como la niebla espera al día,

y el dolor agudo asecho al consuelo,
o el papel vació aguardo al instante,
como la muerte, como la muerte
salió al paso de los amantes. 


Liviano te buscofrágil bálsamo, 
sutil te mirotenue dulzura, 
sobre ti escribo mi desconsuelo,
como la muerte, como la muerte
salió al camino de los amantes.

Todo lo escucho para mimarte,
todo lo toco para obsequiarte,
todo lo hago por alagarte,
como la muerte, como la muerte 
salió al comino de los amantes.

Si yo lograse decir cuánto te extraño,
te lo diría así; urgente!

























Comments

Popular posts from this blog

Undertow Poetry Review, La Resaca First Issue

Lucecita Benitez - Cabalgata