El Mapa de Ámsterdam ii Mis amigos trajeron hombres parecidos a él, pero sólo me hizo oler a sudor amargo y a gardenias muertas. Me había enamorado de un hombre que tenía un nombre que proteger. Me encerré en la casa durante días enterrado bajo la vergüenza. Escuchaba sus voces distantes, mis párpados parecían pesadas piedras hinchadas por el agua salada, y mis mejillas calientes como si tuviese fiebre. Después de unos días, ellos encontraron un hueco dentro de sí mismos y se agacharon allí en silencio hasta que la tormenta alrededor de mí disminuyó. Le canté himnos y conté historias de aves y personas con corazones de papel. Mientras tanto el hombre que tenía un nombre que proteger caminaba alrededor de la ciudad rompiendo a puñetazo todas las ventanas de cristal que encontraba.. Finalmente llego a mi casa, se sentó al borde de mi cama y trazo la cavidad de mi culo con su dedo. Nos dejaron solos, dos hombres ...