el museo de la inocencia
el museo de la inocencia músicos y pecadores merodeaban mi casa para aquellos tiempos. Uno, incluso, llego a escalar la ventana de mi habitación. seguro de sí mismo, me tomo en sus brazos y me llevo a la mesa de la cocina. yo lo miraba lleno de curiosidad porque todavía no me asustaba la vida.