el museo de la inocencia
el museo de la
inocencia
músicos y
pecadores
merodeaban mi
casa para aquellos
tiempos. Uno, incluso, llego a escalar
la ventana de mi habitación.
seguro de sí
mismo, me tomo en sus
brazos y me llevo
a la mesa de la cocina.
yo lo miraba
lleno de curiosidad
porque todavía no
me asustaba
la vida.
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