Anarquías El pasado ardía. Yo, dominio fértil, heroico, tentativo e inmenso, pronunciaba mi adiós al ensueño. Estos días, el paraíso para ladrones y viajeros embrujados. Lo nuevo, criatura de la magia. Tuvimos que inventar las secuencias, otro templo, dudas convincentes. Manejar el mundo requería consuelo pues ellos buscában el perdón. Esta novedad tenía la estructura de un letrero desgarrador. Nos pusimos de pie, luchamos, engañamos sin lograr nada. Desaparecimos escoltados por el pasado vestido de azul.