Sublevado
Sublevado De que me sirven tus abanicos rotos, o el sudor del tiempo licencioso, o tu espalda en el ocaso de un abrazo. De que me sirve la memoria de tus ojos pardos, o el perfil incendiado de tus labios tristes. De que me valen tus pisadas robustas de anhelos fértiles e invisibles corrientes en las aguas sin playas que contienen las noches frágiles de un sueño intenso. De que me sirve la canción para dormirte, o cien pozos callados. De que me vale un “ adiós ” si todavía te veo arrancando sombras en la playa de mi histeria.