Adobo Criollo Sergio Antonio Ortiz Rivera

Disimulo la alegría de verte para no avivar sospechas. Me salta el corazón. Despierto y no eres tú. ¡Abrázame! 

te sigo buscando en el mar los adoquines mojados la telaraña como buscan los ciegos y los niños desaparecidos

Distancia no tiene sentido tu voz ni alumbra la densa bruma de mi corazón tu llegada la soledad es tu ángel tu espada de madera 

Adiós te voy desplazando, cual sombra escondida en mi vena, fingiendo ser frágil. te desfiguras, al punto de quedar irreconocible

Alas Te construyo alas y luego me echo a volar. Busco la razón de mi soledad en tu espejo.

Mío Me miro en el espejo te sueño finjo que eres mío para luego acostarme  bajo una cascada de agua tibia.

XX Leo tu disgusto en otras sombras escucho tu voz en la bruma sacudes las alas eres tu aunque no lo seas.

Me alejo de ti intento la soberbia el coraje, la frustración el descenso   pero no vuelves a mí.

Boyfriend I think about the possibility of our meeting. What would we talk about?  He is slow at giving me details about his life and I don’t understand what that means.  Of course, I do the same, only in my poems do I feel comfortable enough to talk. I’d like to see him smile, brush my arm against his and feel a tingle, listen to him laugh. I’ll probably never go see him, it’s too far, my medication might be difficult to get, and I don’t have the money. He’ll never come here.  But I do wish someday he would get the nerve to start calling me his, boyfriend.

Por Ti Vi tu sangre correr por la boca.  Me enterré en el mar para ahogar la memoria de tu blanca piel sobre mis labios.

Recuerdo tu Cuerpo Desnudo Recuerdo tu sabor a noches de amores, A labios tan solo llenos de pasiones, A brisas calmantes que vienen del mar, A sudor humano que te hace perfecto, A caricias prohibidas todas sin defectos,   Qué forma tan simple de saber amar. Recuerdo tu cuerpo rosando el mío Tus manos ligeras y lentas como si Supieras donde tantear.

Agua Te busco en un abrazo para perdonarte.   Te encuentro en un árbol manso para recordar nuestros mimos.  Te entierro en un arroyo para rozarte al paso, como el agua palpa mi rodilla. Y todo este tiempo eres mi cómplice desnudo en la siesta densa de una hamaca yucateca.

Yo quise ser espiga para alejar al mundo de tu vista. Quise amanecer color de rosa, alborada furtiva de una mariposa azul, con el agua en los labios. Pero tú estabas hecho de mármol y por tus venas corría la mañana   como un caballo blanco sin dueño.