Las Acacias
Las Acacias
Todo hombre
ilustre
se nutre
de un amigo
imaginario
para perder
el roció y segar
el tallo de las
acacias.
Yo me levanto
y observo
mi cuerpo
desnudo
frente al espejo
de pared.
Corro al baño
a vomitar cansado
de vivir.
Las putas
de los templos
han vuelto
a quedarse
dormidas frente
mi puerta.
Comments
Post a Comment