Luces de Diciembre
Luces de Diciembre
Para aquel tiempo,
bajo el sol frío de diciembre,
tu habías llegado desnudo
como una rosa. Yo pedía permiso
para que permanecieras
bajo mi sombra.
Cerrabas los ojos y abrías tu piel,
luz perenne de deseo,
para pasearme
por apariencias breves
de galaxias lejanas,
tránsito infinito de latidos,
como si la muerte
se paseara entre nuestras piernas
y algo de lluvia cayese
sobre mi cara.
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