Nada que Ver
Nada que Ver
Me hablas como si me conocieras,
como si acabase de bajarme de tu cama
desnudo, como si el desayuno—las tostadas
y el café, me impresionaran. Escultor
de cuerpos remachados en bronce,
cuerpos abandonados a su suerte
en el piso de tu estudio— no te conozco
y alternando mis ojos entre la escritura y la lectura
rebusco la razón de tu osadía—hablarme
como si me conocieras. Hay distancias
abismales, borracheras secas. Me engalano
con lo que yo quiera, túnica, gabán,
traje de novia. Total, no soy tu escultura,
ni respondo a los caprichos de cualquiera.
© Sergio A. Ortiz, June 1, 2010
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